La Universidad de Sevilla expondrá sus fondos arqueológicos, para ello sus gestores barajan la posibilidad de habilitar en la sede central de la antigua Fábrica de Tabacos un emplazamiento específico para la correcta conservación, gestión y divulgación de sus fondos arquelógicos, estando pendiente para ello de la remodelación general de este inmueble. Esa futura ubicación habría de contemplar inicialmente tres espacios diferenciados con idea de establecer una sala de trabajo para investigadores y estudiantes, un espacio expositivo y una zona de almacén, de acceso restringido y seguro, para la conservación adecuada y ordenada de la mayor parte de los fondos.
Esta colección estaría compuesta por cerca de 2.000 piezas que correspondería a preriodos desde el Paleolítico a la epoca moderna. Estas piezas se halaban repartidas por distintas dependencias de la Universidad, hoy se encuentra depositada en unalmacén provisional organizado en la sala de reserva García Oviedo y en el Departamento de Prehistoria y Arqueología. Guardados en cajas y distribuidos entre vitrinas y estanterías, reposan los vestigios y fragmentos de un pasado en el que están representados la casi totalidad deperiodos históricos desde el Paleolítico y hasta la época moderna (siglo XVIII).
El germen de esta colección ancla sus raíces en los materiales prehistóricos que integraron el Gabinete de Historia Natural —creado en 1850 en la Facultad de Ciencias y organizado por el catedrático Manuel Machado y Núñez, abuelo de los poetas—, así como en las piezas, de épocas prehistórica e histórica, que conformaron el Museo Arqueológico de la Facultad de Filosofía y Letras, donadas hacia finales de 1898 por Francisco Caballero-Infante y Zuazo. Ya en los inicios del siglo XX, alguna donación más de Caballero-Infante, así como de profesores como Manuel Sales y Ferré, Feliciano Candau o Joaquín Hazañas, al igual que otras de particulares de fuera de la institución y las procedentes del desmantelado museo del Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla, contribuyeron a enriquecer la colección. De manera esporádica, estos fondos arqueológicos continuaron enriqueciéndose «bien con colecciones adquiridas (piezas egipcias), bien mediante donaciones».
Esta pequeña descripción de sus inicios y su historia nos puede indicar la variedad de las piezas de estos fondos universitarios, con piezas egipcias, griegas e itálicas de procedencia extrahispana, hasta otras de carácter peninsular (suroeste y alto Guadalquivir) y local.
De especial interés es también la serie de 388 monedas que comprende estos fondos arqueológicos, de las que unas 270 se datan entre el siglo III al I a. de C., incluyendo además otras de época romana imperial. La arqueóloga destaca igualmente los restos de cerámica de época tardía y visigoda, así como la importante colección de sellos romanos . No pasa por alto tampoco el interés de las piezas griegas y egipcias incluidas en los fondos de la Hispalense.