El Palio más antiguo de Andalucía y probablemente de España es el de la Virgen de los Dolores de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Carmona, una obra realizada a finales del siglo XVII y que la hermandad ha sabido conservar sin transformarlo ni sustituirlo.
Es una estampa de otro tiempo, una imagen que crea en el presente una visión de la Semana Santa de hace tres siglos. Este palio ha atravesado más de trescientos años sin sucumbir a las modas, al gusto por el estreno y la novedad de muchas de nuestras cofradías, al deterioro propio del tiempo o al cambio de estética operado por la Semana Santa.
Convertido en una reliquia histórica que sigue custodiando a la espléndida imagen de la Virgen de los Dolores, realizada en 1696 por Felipe Duque Cornejo y encarnada por Francisca Roldán. Un conjunto que puede verse en la calle cada Viernes Santo por la tarde precedido de una de las obras clave de la imaginería andaluza, Nuestro Padre Jesús Nazareno, portentosa imagen de Francisco de Ocampo de 1607.
Las piezas más antiguas son el palio, los varales, la peana y la media luna. El palio es de cajón y en sus cuatro bambalinas luce una leyenda en latín bordada en letras de plata. Es la profecía del anciano Simeón: Tuam Ipsius Animan Pertransibit Gladius. A la que se añade también un versículo del Evangelio de San Lucas. «Y a ti misma una espada te atravesará el alma», una frase que completa teológicamente a la perfección el gesto de dolor de la Virgen.
Bajo ellas hay una crestería de plata, con un labrado exquisito y un calado finísimo que hace del metal una pieza de encaje. Un trabajo que hoy no se hace por su dificultad. El techo está tachonado de estrellas también de plata. Los varales, están fechados en 1695, realizados por Simón Gómez Navarro.
Solo lleva cinco por cada lado, como era antiguamente, en lugar de los seis que ahora se han impuesto. La peana es de la misma época que el palio y también la media luna que va a los pies de la Virgen, algo que antiguamente era muy habitual. Todo el conjunto de palio, la peana y la media luna son obra de Antonio de Luna y todo está realizado con plata traída de México.
El paso se completa con más piezas históricas. El manto negro que lleva la Virgen perteneció a la Esperanza de Triana, que lo lució en su salida procesional, en una estampa que hoy resulta distinta a la estética de la dolorosa trianera. La hermandad de Carmona lo compró en 1908. Hay quien lo atribuye a Emilia Salvador Ibarra y quien lo hace a Rodríguez Ojeda.