“La Puerta del Perdón” la entrada más antigua de la catedral tiene una larga historia. Data de 1196 y según investigaciones tuvo un carácter militar importante.
Su ubicación es clave para entender la importancia que esta puerta ha tenido en época musulmana y también en época cristiana. Es la puerta principal que da al antiguo sahn o patio de abluciones de la antigua mezquita, hoy patio de los Naranjos. También es la puerta que da a la antigua calle Alemanes. Su nombre viene de una calle habitada por los mercaderes alemanes. También recibió el nombre de “calle de las gradas” que era un importante centro comercial cerca de la antigua Alcaicería Mayor de la ciudad, cercana al puerto y al Cabildo. La fisonomía de la ciudad cambió al mudarse el cabildo a la actual plaza de San Francisco, y los mercaderes a la antigua casa lonja, hoy Archivo de Indias. No obstante, la calle siguió siendo muy céntrica, comercial y con gran pintoresquismo que mencionó Cervantes en sus obras.
Su nombre tan característico “del perdón” proviene de una antigua tradición de los templos españoles ya que a sus puertas singulares en ocasiones que bien estaban relacionadas o bien con peregrinaciones, jubileos o indulgencias, las bautizaban con este nombre. Pero es sólo una suposición ya que falta documentación para probar su origen. Tampoco su relieve principal, guarda relación con estos usos. El magnífico relieve en terratoca de Miguel Perrín que decora su tímpano de 1519-1522, presenta la expulsión de los Mercaderes, un tema iconográfico muy representado en templos de este tipo. La escena bíblica presenta a los mercaderes en el templo de Jerusalém. Su presencia era común en tiempos de Cristo ya que era común pagar a Dios un rescate por los hijos nacidos. El rescate era pagado dependiendo de la capacidad económica de la familia. En el evangelio la Virgen María y San José pagan a Yahvé por el nacimiento de su hijo recién nacido dos pichones. Estas transacciones comerciales y otras explican la presencia de estos comerciantes en el templo, pero Cristo lo denuncia ya que se había relajado la costumbre y el templo se había convertido en un mercado.
La primera vez que se tiene constancia de la existencia de esta puerta fue en 1196, el emir al-muZminin, Abu Yusuf ordenó que la mezquita se ampliara. En 1407 es cuando consta el verdadero nombre de esta puerta que con el paso del tiempo cambiará su fisonomía hasta lo que conocemos hoy en día. En su parte alta tanto en la parte interna como la parte externa son recrecidos posteriores. Inicialmente tenía un cierto aspecto militar y una muralla intentó separar la mezquita de su alminar, pero después se desistió de esta separación. En época de los Reyes Católico lo que tenía era como una azotea o tejaroz que sobresalía de los tejados alrededor y con un perfil de merlones de gradas conservando sólo uno. La parte inferior de la puerta, es un recrecido mudéjar y con ventanas. Lo curioso es que en 1496 había dos habitaciones alquiladas.
El sagrario estaba alojado en la nave que va desde la puerta del Perdón hasta la calle Placentines y la puerta tenía como una especie de tejaroz con una marquesina que no lo derrumban hasta 1838 y sustituído por las jarras de zucenas y una giralda blasón del Cabildo.
Las dos hojas de la puerta forradas de bronce son las partes más antiguas que se conservan del conjunto. Las puertas están decoradas con dibujos de hexágonos alargados, letreros de cúfico florido y octógonos inscritos en estrellas de puntas y temas florales. Estas puertas aparecen en el número 32 de las cantigas de Santa. Las aldabas están guardadas en las cámaras de la Giralda.